Aporofobia la otra cara no
reconocida de la migración.
Adela Cortina, ha dado
en el clavo, muchas veces no sabemos darle nombre a situaciones o cosas que
suceden en nuestro día a día, pero suceden realmente.
Cuando no sabemos llamar a las
cosas por su nombre, estas pasan a la vista de todos como si se tratara de algo
intrínsecamente entendido, por lo tanto no hay propuestas ni soluciones cuando de algo enfermizo se
trata y nominalmente desconocido. "No significan nada"
Según Adela Cortina, la aporofobia
es el odio y el desprecio a todo aquello que represente a la pobreza, al pobre
para ser más concreto.
Esto me hace pensar que: En esta
situación de migración forzada, hay algo importante: La aporofobia produce Xenofobia,
en la mayoría de los casos.
Hace algunos años, cuando
Venezuela venía en picada, pero que por distintas razones aún las personas
sostenían la idea de quedarse y “luchar”,
solo emigraban los profesionales que tenían mayores posibilidades en el
exterior, los primeros en salir corriendo fueron los artistas y los
trabajadores de empresas transnacionales en especial petroleras.
Estos “añiñados”, cómo diríamos
en Ecuador, se hartaron de la situación, tenían los medios y salieron, ellos
nunca sufrieron de xenofobia, no era pobretones, más bien parecían bien
puestos.
Luego la situación se puso peor,
comenzó a salir la clase media baja y baja, la cosa fue distinta, salían los
“cara e tuki” los pobres con apariencia de pobres, y la gente comenzó resaltar
sus delitos, sus malas expresiones, comenzaron a fastidiar. Y entonces algunos
resabidos dijeron esto es xenofobia.
He notado, cómo hay ciertos
anuncios de empleo en los que resaltan como requisito: “Ser Venezolano”
inmediatamente sabes que 1) o les pagarán muy por debajo de lo establecido por
la ley y el propio estado de necesidad de las personas o 2) buscan personas
“bonitas” que no parezcan pobres.
Muchos otros dirán que la
Xenofobia no solo nace o tiene su raíz en la aporofobia, sino en la competencia
del sector profesional, el problema social -económico que genera la mano de
obra extranjera y barata, la presencia del Venezolano en todas partes. Ante
esto me pregunto: si todos fuesen bien presentados, bien hablados llegaríamos
al nivel de xenofobia, al que estamos llegando?
Aquí coincido mucho con Froid.
Ya después de escuchar a Adela,
puedo decir que la xenofobia planteada desde este punto de vista, no es más que
la consecuencia de una gran aporofobia que sentimos todos, aquel odio a la
pobreza y a todo lo que la conlleva.
Es una tentación muy compleja,
por ejemplo, en la Casa de Acogida Temporal un Techo para el Camino. Nos
encontramos con muchos pobres que parecen pobres, y al instante de toparte con
ellos, tienes la tentación de rechazarlos, la duda te inquieta, te provoca
negarle la posibilidad de recostarse y descansar, comienzas a pensar que pronto
saldrá con una de las suyas y robará, !qué complejo!. Solo por parecer pobre.
Ante esta tentación toca,
reflexionar, mirar con la misma mirada con la que miraría Jesús, hablar como Jesús
hablaría. Poner todos los sentidos como medio para cumplir con el fin: Amar y
Servir, que no está supeditado a la dolosa razón, en femenino, a propósito, es
muy seductora.
En conclusión: en el fondo existe
una gran crisis de odio hacia las personas más pobres que nosotros.
- · ¿Por qué no sucede xenofobia con los turistas? Sencillo, no son pobres.
- · Adela Cortina, en su libro: “Aporofobia: Rechazo al pobre” expone uno de los conflictos morales más arraigados y obviados de nuestro tiempo, no solo para darle un nombre sino también para significarlo y darnos las herramientas para que nos enfrentemos a una realidad muy nuestra
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